¿Cuáles son las enfermedades gastrointestinales más comunes en perros?

El aparato digestivo canino está expuesto a enfermedades y trastornos como la colitis, la gastroenteritis o la enteropatía crónica. Comprar complemento para mejorar la digestion de perros es una medida eficaz para combatir sus efectos. Estos productos se comercializan en forma de comprimidos y polvos solubles y están indicados para las afecciones pancreáticas, renales, etcétera.

De todas las enfermedades gastrointestinales, una de las más graves es la pancreatitis. Los canes afectados la manifiestan con vómitos, inactividad y ausencia de apetito, con altos niveles de dolor. La ingesta de líquidos y los suplementos específicos para la salud pancreática son el tratamiento estándar a seguir.

Más común entre los perros es la gastroenteritis aguda, desencadenada por la presencia de parásitos, un virus o la ingesta de un cuerpo extraño. Su síntoma más característico es la diarrea, acompañada de episodios de vómito.

Cada vez más frecuentes entre la población canina, las alergias alimentarias son un tipo de intolerancia al pollo, la ternera, los lácteos, el trigo u otros alimentos. Su diagnóstico puede complicarse, pues además de la diarrea y las flatulencias previsibles, los perros afectados presentan caída capilar, deterioro auditivo e inflamaciones de la piel.

El estreñimiento es otra amenaza común para el sistema digestivo del perro. Una mala alimentación es la causa más probable. Por ejemplo, el consumo de huesos sin la hidratación suficiente aumentará la dureza y sequedad de las heces, dificultando su evacuación. Existen numerosos complementos alimenticios en el mercado para tratar el estreñimiento canino.

Por su parte, la colitis en perros se produce cuando el intestino grueso se inflama en respuesta a medicamentos, irregularidades en la dieta o agentes infecciosos. Su sintomatología incluye molestias al evacuar y sangre en las deposiciones.

Respecto a la enteropatía crónica, se trata de un trastorno gastrointestinal con diversos factores causantes: desde las bacterias y virus, hasta la genética y enfermedades graves como el cáncer.