Un nuevo espacio para crear, trabajar y crecer

Las mudanzas nunca son fáciles. Empacar cada objeto, desarmar muebles, trasladar cajas y asegurarse de que todo esté en su lugar correcto puede ser un verdadero dolor de cabeza. Pero, cuando se trata de empezar una nueva etapa en la vida, las molestias valen la pena.

 

Así fue como me sentí cuando adquirí mi nueva oficina. Después de años de trabajar desde casa, finalmente había llegado el momento de dar el salto, y tener un espacio propio donde pudiera concentrarme al máximo y hacer crecer mi negocio.

 

La oficina no era muy grande, pero tenía todo lo que necesitaba: un escritorio amplio, una silla cómoda, una lámpara de escritorio y estantes para colocar mis libros y cuadernos. Pero, sobre todo, algo que siempre había querido: carpetas archivadoras con anillas.

 

Desde que empecé a trabajar como emprendedor, las carpetas archivadoras con anillas se habían convertido en un elemento esencial de mi día a día. Me gustaba mantener mis documentos organizados, y las carpetas con anillas me permitían tener todo en orden y fácilmente accesible.

 

Por eso, cuando vi las carpetas archivadoras con anillas en el estante de mi nueva oficina, sentí una gran satisfacción. Sabía que estaba en el lugar correcto, y que podría seguir trabajando con la organización y la disciplina que siempre me habían caracterizado.

 

Con el tiempo, empecé a sentirme cada vez más cómodo en mi nueva oficina. A medida que iba descubriendo cada rincón, me daba cuenta de que había muchos detalles que hacían que el lugar fuera especial. La luz, por ejemplo, era perfecta para trabajar durante todo el día, y el silencio era absoluto en casi todo momento.

 

Pero, más allá de las condiciones ideales, lo que realmente me hizo sentir a gusto en mi nueva oficina fueron las pequeñas cosas: el sonido de las hojas de los árboles moviéndose suavemente en la brisa, el aroma del café que subía de abajo cada mañana, y las conversaciones con los vecinos de otros pisos.

 

Poco a poco, fui personalizando mi espacio de trabajo. Colgué algunos cuadros en las paredes, puse plantas en las ventanas, e incluso coloqué una alfombra que parecía encajar perfectamente con el resto de la decoración.

 

Pero, sin duda, lo que más me gustaba era mi sistema de carpetas archivadoras con anillas. Tenía una para cada proyecto, con todo lo relacionado a él organizado y fácilmente accesible. Cuando necesitaba un documento específico, sabía exactamente dónde encontrarlo.

 

Además, las carpetas archivadoras con anillas también me ayudaban a mantener mi escritorio limpio y ordenado. Ya no tenía que preocuparme por documentos sueltos o notas tiradas por todas partes. Todo estaba en su lugar, listo para ser utilizado cuando lo necesitara.

 

Con el tiempo, empecé a notar que mi eficiencia en el trabajo había mejorado significativamente. Ya no perdía tiempo buscando documentos o tratando de recordar en qué carpeta había guardado algo. Todo estaba organizado y accesible, lo que me permitía centrarme en lo que realmente importaba: hacer crecer mi negocio.

 

En definitiva, mi nueva oficina se había convertido en un espacio donde podía crear, trabajar y crecer sin interrupciones. Las carpetas archivadoras con anillas habían sido el detalle perfecto para hacerlo posible. Ahora, cada vez que entro a mi oficina, siento que estoy en el lugar correcto, rodeado de todo lo que necesito para seguir adelante.

3 trucos para conseguir una tarjeta de visita moderna y práctica

Las Tarjetas de Visita pueden parecer cosa del pasado, pero siguen muy vigentes. Son una forma rápida y profesional de dejar los datos en cualquier lugar. Si bien actualmente, lo normal es que solo profesionales las utilicen y ya no es nada normal que un particular entregue una tarjeta en lugar de dar directamente su teléfono.

Esto es consecuencia de cambios en los hábitos sociales y también de la llegada del teléfono móvil. Ahora, todo el mundo puede anotar rápidamente los datos de contacto de otra persona con tan solo pedir que hagan una llamada perdida.

Pero para quienes siguen usando tarjetas de visita, que estas sean representativas e impacten positivamente en quién las recibe es más que importante. Veamos algunos trucos para conseguir tarjetas de visita impactantes positivamente.

  1. Escoge una letra original pero fácil de leer. Si quieres que la personalización sea todavía mejor, puedes pagar por un tipo de letra que te guste y usarlo para tu tarjeta. Esto hará que sea muy diferente a todas las demás. Pero no te pases de original porque pocas cosas son más desagradables que una tarjeta imposible de leer porque la letra es rebuscada o está llena de símbolos y dibujos.

Si eres autónomo, además de tu nombre debería de figurar tu empresa o, en su defecto, tu profesión.  Muchas personas no se quedan con el nombre de la persona con la que han trabajado o que ha realizado una tarea para ellos, pero sí con su profesión.

  1. Si la tarjeta es de empresa, que siga la imagen corporativa de la misma. Aunque tengas que hacer tus propias tarjetas, si trabajas para una empresa deben de representar también a la misma por lo que el tipo de letra y los colores deben de ser los marcados por la misma. De esta forma, cuando un cliente recibe la tarjeta, inmediatamente la identificará con el lugar en el que trabajas. También es buena idea que lleve el logo de la empresa.
  2. Cuida el papel en el que se imprimen. Las tarjetas de visita no tienen porqué ser premium, es decir, con un papel muy grueso y de la máxima calidad. Pero no es recomendable que sean excesivamente finas y lo que no es aceptable de ninguna manera, es fotocopiar tarjetas y recortarlas, porque la imagen que se transmite es descuidada y cicatera.

Por qué triunfa la impresión digital entre las empresas

Desarrollada en 1993 y consolidada en tiempos recientes, la impresión digital se define como un proceso de impresión directa desde un documento digital hasta el soporte o papel físico. Para su funcionamiento, se utiliza bien la impresión láser o bien la impresión de inyección de tinta, siendo estos los métodos más populares, según la compañía truyol digital, especializada en esta modalidad de impresión.

 

El éxito de la impresión digital frente a otros sistemas se explica, en primer lugar, por su asequibilidad. Gracias a sus reducidos costes de puesta en marcha, esta tecnología puede asumir la impresión de tiradas cortas y medianas a precios sensiblemente más económicos que la impresión tradicional. Asimismo, no utiliza planchas durante el proceso de impresión. De este modo, las empresas pueden satisfacer sus necesidades de impresión, realizando gastos más moderados que los requeridos en una campaña a gran escala, que a menudo ocasiona sobreproducción.

 

Además, la impresión digital ofrece resultados más rápidos, lo que redunda positivamente en unos tiempos de entrega más cortos. Esta inmediatez ha motivado que marcas de todos los sectores la empleen para la impresión de publicidad impresa.

 

La polivalencia es otra de las cualidades de la impresión digital, capaz de operar con infinidad de materiales y productos: desde vinilos y films transparentes hasta canvas y textiles. En consecuencia, el uso de impresiones digitales está indicado para carcasas de tablets y móviles, trofeos, bolígrafos y una diversidad de superficies de objetos.

 

Con la impresión digital se obtiene, asimismo, una personalización absoluta. Esta cualidad beneficia a empresas y particulares en igual medida: (1) los primeros pueden aportar un valor añadido a los productos de su negocio y diferenciarse así de la competencia, mientras que (2) los segundos reciben artículos desarrollados a medida, de diseño único, que se adapta a sus necesidades. Desde luego, sobran razones para elegir la impresión digital frente a cualquier otra alternativa disponible.

Un fan de las pegatinas

Todavía tengo en casa de mis padres una carpeta llena de pegatinas. Empecé coleccionando pegatinas siendo un niño y seguí durante un tiempo. Al principio, me valía cualquier cosa, cualquier adhesivo independientemente del mensaje: tenía desde pegatinas de cajas rurales hasta empresas de alimentación. Con tal de que pegase, todo se podía incluir en mi modesta colección. Pero luego me fui haciendo más específico.

Con el tiempo, comencé a ‘rechazar’ algunas pegatinas para mi colección y me centré en determinados apartados, sobre todo en marcas de moda. Cuando empecé a interesarme por la moda y cambié de forma de vestir adoptando una suerte de look entre grunge y surfero (lo que se llevaba en aquel momento) recuerdo ir a las tiendas donde vendían esa clase de ropa y pedir pegatinas. 

Al final, muchos tenderos me acabaron conociendo como ‘el de las pegatinas’. Cuando me veían entrar ya sonreían y sabían a lo que iba. Para ellos no era un gran esfuerzo, muchas empresas apostaban por la Impresion etiquetas y autoadhesivos para promocionar sus marcas, sobre todo en este ámbito alternativo vinculado al surf y a la música. 

Por aquella época, estaba también muy de moda llenar los coches, los bares y las propias tiendas de pegatinas. Cuantas más pegatinas llevases en el coche, más ‘guay’ eras. Las cosas, en este sentido, han cambiado un poco. Ahora supongo que importa más la marca del coche que las pegatinas, pero en aquel tiempo lo que se llevaba eran coches destartalados y hasta arriba de adhesivos. 

Con el paso del tiempo, me fui interesando por el tema desde un punto de vista más técnico, averiguando un poco la historia del adhesivo y cómo funcionaban las empresas de Impresión etiquetas y autoadhesivos. Y un buen día, me cansé. Supongo que pasa con muchas aficiones que empiezan de niño.

Pero cuando estuve el otro día en casa de mis padres, me puse a hojear mi colección y me apeteció hacer algo con ella. Se me ocurrió abrir una cuenta de Instagram o algo así especializada en pegatinas, ya que hoy en día hay cuentas para todo. Tal vez lo haga en algún momento y sirva para recordar un poco aquellos tiempos.

Trabajo en equipo 

En las entrevistas de trabajo es un asunto recurrente: ¿le gusta a usted trabajar en equipo? ¿está acostumbrado a trabajar en equipo? Y claro, qué vamos a responder. Sí a todo. Pero la realidad, a menudo, es un poco diferente. En mi caso, he dicho muchas veces lo que me gustaba trabajar en equipo por exigencias del guión, pero lo cierto es que he tenido que ir aprendiendo, poco a poco, porque nunca ha sido mi principal habilidad.

Puedo poner de ejemplo un trabajo reciente en el estudio donde trabajo, pero que quede entre nosotros… Nos habían encargado el diseño para el lanzamiento de un producto de una pequeña firma con la que solemos trabajar. Una vez hecho el diseño ellos se encargarían de añadirlo a su campaña con una impresion de packaging promocional y otras acciones de marketing. A nosotros nos tocaba, por tanto, tan solo la primera fase.

Generalmente, en este estudio y con esta firma suelo ser yo el que haga los primeros bocetos y los entregue al jefe de proyecto. Pero, en esta ocasión, me pusieron a trabajar con una chica nueva que había entrado recientemente en el estudio. Parecía buena en su trabajo, pero apenas había tenido contacto con ella. Y claro, al principio me costó bastante, ponerme a colaborar en algo que yo suelo hacer solo.

Y no lo es porque, aunque todos los neguemos, nos sentimos amenazados por el colaborador en cuestión. ¿Y si es mejor que yo? ¿Y si va tener una idea mejor y a mí me relegan? La cuestión es manejar estas inevitables dudas con sentido común y buscando el beneficio del proyecto, no solo el propio. Esto es lo que dicen los manuales de trabajo en equipo, pero en el día a día todo es un poco más complicado.

Pero al final salió bien el proyecto y la firma pudo incorporar un buen diseño a su impresión de packaging promocional y al resto de acciones de marketing. Mi compañera, efectivamente, tuvo mejores ideas que yo, como temía, pero me sirvió para mejorar y no dormirme en los laureles.

3 usos de los displays publicitarios

Los displays publicitarios son expositores pensados para exhibir publicidad de una forma muy atractiva y de forma que el posible cliente pueda recibirla fácilmente. En algunos casos, los displays pueden tener una publicidad del producto sin ofrecer nada más, pero son los menos usados ya que no resultan tan atractivos al no poder interactuar de ninguna manera por parte del comprador.

El display es útil para la persona que compra, pero, como vamos a ver a continuación, también para quien realiza la venta, siendo un gran apoyo. Veamos tres de sus múltiples usos.

-Para ofrecer información sobre los diferentes productos en un mostrador. La principal función de los displays publicitarios es la de ofrecer información sobre los productos que se tienen a la venta. Los podemos encontrar en ciertas estanterías de supermercados para dar a conocer productos novedosos, pero también en mostradores. Los clientes se los llevan para tener información sobre los artículos a la venta y pensar si se lo compran o no en la siguiente visita. También se lo llevan una vez que compran el producto para conocer a fondo su forma de uso.

-Para ofrecer información en ferias. Los displays con información son muy frecuentes en las ferias, tanto en las profesionales como en las abiertas al gran público. Permiten ofrecer folletos informativos de diferente tipo que todo el mundo puede coger cuando pase por delante del stand. Esta información se la llevará a casa y , tal vez, más adelante acabe comprando los productos que se anuncian o contratando los servicios que se ofrecen.

Algunos displays ofrecen algo más que un folleto, ofrecen un gran catálogo y son los más frecuentes en ferias profesionales, para conseguir, por ejemplo, distribuidores de productos o clientes por parte de otras empresas.

-Para ofrecer muestras de distintos productos. Todo el mundo adora las muestras y una manera muy eficaz de ofrecerlas es a través de displays. Se colocan al lado del producto que está a la venta en un mostrador y cuando un cliente pregunta sobre el mismo el vendedor puede ofrecer una de estas muestras para que lo pruebe antes de comprarlo. También puede ofrecer muestras a otros clientes que compren productos similares o que, por su perfil, pudieran estar interesados en el artículo.

Es una herramienta de venta muy eficaz para la persona que está en el mostrador y suelen ser mucho mejor recibidos que un simple folleto.