3 trucos para conseguir una tarjeta de visita moderna y práctica

Las Tarjetas de Visita pueden parecer cosa del pasado, pero siguen muy vigentes. Son una forma rápida y profesional de dejar los datos en cualquier lugar. Si bien actualmente, lo normal es que solo profesionales las utilicen y ya no es nada normal que un particular entregue una tarjeta en lugar de dar directamente su teléfono.

Esto es consecuencia de cambios en los hábitos sociales y también de la llegada del teléfono móvil. Ahora, todo el mundo puede anotar rápidamente los datos de contacto de otra persona con tan solo pedir que hagan una llamada perdida.

Pero para quienes siguen usando tarjetas de visita, que estas sean representativas e impacten positivamente en quién las recibe es más que importante. Veamos algunos trucos para conseguir tarjetas de visita impactantes positivamente.

  1. Escoge una letra original pero fácil de leer. Si quieres que la personalización sea todavía mejor, puedes pagar por un tipo de letra que te guste y usarlo para tu tarjeta. Esto hará que sea muy diferente a todas las demás. Pero no te pases de original porque pocas cosas son más desagradables que una tarjeta imposible de leer porque la letra es rebuscada o está llena de símbolos y dibujos.

Si eres autónomo, además de tu nombre debería de figurar tu empresa o, en su defecto, tu profesión.  Muchas personas no se quedan con el nombre de la persona con la que han trabajado o que ha realizado una tarea para ellos, pero sí con su profesión.

  1. Si la tarjeta es de empresa, que siga la imagen corporativa de la misma. Aunque tengas que hacer tus propias tarjetas, si trabajas para una empresa deben de representar también a la misma por lo que el tipo de letra y los colores deben de ser los marcados por la misma. De esta forma, cuando un cliente recibe la tarjeta, inmediatamente la identificará con el lugar en el que trabajas. También es buena idea que lleve el logo de la empresa.
  2. Cuida el papel en el que se imprimen. Las tarjetas de visita no tienen porqué ser premium, es decir, con un papel muy grueso y de la máxima calidad. Pero no es recomendable que sean excesivamente finas y lo que no es aceptable de ninguna manera, es fotocopiar tarjetas y recortarlas, porque la imagen que se transmite es descuidada y cicatera.