Trabajo en equipo 

En las entrevistas de trabajo es un asunto recurrente: ¿le gusta a usted trabajar en equipo? ¿está acostumbrado a trabajar en equipo? Y claro, qué vamos a responder. Sí a todo. Pero la realidad, a menudo, es un poco diferente. En mi caso, he dicho muchas veces lo que me gustaba trabajar en equipo por exigencias del guión, pero lo cierto es que he tenido que ir aprendiendo, poco a poco, porque nunca ha sido mi principal habilidad.

Puedo poner de ejemplo un trabajo reciente en el estudio donde trabajo, pero que quede entre nosotros… Nos habían encargado el diseño para el lanzamiento de un producto de una pequeña firma con la que solemos trabajar. Una vez hecho el diseño ellos se encargarían de añadirlo a su campaña con una impresion de packaging promocional y otras acciones de marketing. A nosotros nos tocaba, por tanto, tan solo la primera fase.

Generalmente, en este estudio y con esta firma suelo ser yo el que haga los primeros bocetos y los entregue al jefe de proyecto. Pero, en esta ocasión, me pusieron a trabajar con una chica nueva que había entrado recientemente en el estudio. Parecía buena en su trabajo, pero apenas había tenido contacto con ella. Y claro, al principio me costó bastante, ponerme a colaborar en algo que yo suelo hacer solo.

Y no lo es porque, aunque todos los neguemos, nos sentimos amenazados por el colaborador en cuestión. ¿Y si es mejor que yo? ¿Y si va tener una idea mejor y a mí me relegan? La cuestión es manejar estas inevitables dudas con sentido común y buscando el beneficio del proyecto, no solo el propio. Esto es lo que dicen los manuales de trabajo en equipo, pero en el día a día todo es un poco más complicado.

Pero al final salió bien el proyecto y la firma pudo incorporar un buen diseño a su impresión de packaging promocional y al resto de acciones de marketing. Mi compañera, efectivamente, tuvo mejores ideas que yo, como temía, pero me sirvió para mejorar y no dormirme en los laureles.