La felicidad de los clientes 

Como propietario de un restaurante no hay nada que satisfaga más que un cliente me asegure que ha sido una velada inolvidable, no solo por la calidad de la comida, sino por el ambiente y la calidad del servicio. Porque un restaurante no solo da de comer a los clientes, sino que ofrecemos experiencias tal y como está de moda ahora decir. Pero es verdad, un buen restaurante puede ser una experiencia gastronómica, debe serlo, de hecho. 

Uno de nuestros mejores clientes es una pareja que viene cada cierto tiempo a comer el cordero, uno de nuestros platos estrella. De hecho, acostumbran a celebrar siempre su aniversario y alguna otra celebración con un cordero tal y como a ellos les gusta. Son tan devotos de este plato que alguna vez me han intentado pedir la receta, que cómo es posible que nos salga ‘tan rico’. Realmente, no hay un truco que usemos, se trata de buena materia prima servida por nuestro Proveedor de cordero congelado para hosteleria, mucho mimo en la preparación y paciencia a la hora de servir.

Porque un buen restaurante debe tener paciencia a la hora de preparar un plato como el cordero que suelen ser piezas de precios considerables, sobre todo si se quiere ofrecer productos de alta calidad a los comensales. Nosotros dedicamos mucho tiempo a seleccionar aquella materia prima con la que trabajamos, por eso nuestro Proveedor de cordero congelado para hostelería es uno de los más reputados en el sector.

Desde luego que siempre que nos es posible preferimos trabajar con cordero seleccionado por nosotros mismos en la carnicería, pero es cierto que por falta de tiempo y volumen de trabajo debemos contar con productos congelados para satisfacer a nuestros clientes. Solo así podemos tener siempre a punto nuestros mejores platos para los clientes.

Por eso cuando esta pareja fanática del cordero nos pregunta por nuestra receta, simplemente decimos que se necesita buena materia prima, paciencia y una gota de talento. Y que, si a ellos nos les queda igual el cordero en su casa, ya saben dónde encontrarnos…