¿En qué gastos no recortan las familias?

Dicen que vienen tiempos en los que tendremos que apretarnos en cinturón y muchos hogares comienzan a hacer cuentas para saber en qué van a recortar para ajustar sus ingresos y sus gastos. Una de las primeras cosas que todo el mundo piensa en hacer es consumir energía de forma mucho más inteligente. 

Se acabaron esos derroches de otros tiempos en los que había tantos hogares en los que sus miembros estaban en tirantes en pleno mes de diciembre. Las temperaturas que vamos a ver a partir de ahora serán más racionales y también mucho más beneficiosas para la salud. Pero pocas personas van a renunciar a poner la calefacción, aunque sea a menos grados y durante menos horas.

En la comida, sucede exactamente lo mismo. La gente no va a renunciar a comer, pero lo hará optimizando al máximo cada céntimo que pagan en el supermercado. Esto hará que en muchos hogares se comiencen a consumir marcas blancas y en aquellos en los que ya se hacía, aumenten los productos de este tipo de presentaciones. Además, ya se comienza a notar que, tal como hacían nuestras madres, las familias recorren más de un establecimiento para conseguir los mejores precios.

En cuanto a los seguros privados de salud, las familias tienen claro que son irrenunciables ya que precisamente en estos momentos complicados lo que necesitan es agilidad máxima a la hora de dar solución a sus problemas de salud. No pueden permitirse largas bajas laborales por cuestiones que podrían solucionarse rápido si no fuera por las listas de espera. En algunos casos, sobre todo en el de los más jóvenes, se puede optar por aumentar los copagos para que la cuota mensual sea más baja. Aun así, las pruebas siempre serán económicas comparadas con lo que cuesta hacerlas sin un seguro.

Con la ropa, vemos como el mercado de segunda mano cada vez es más importante. Los jóvenes no tienen los problemas de sus padres a la hora de comprar ropa previamente usada. A fin de cuentas, ¿quién no heredaba en los años 70 y 80 ropas de sus hermanos o primos? Además, se trata de una opción muy ecológica que permite que prendas en perfecto estado sigan siendo utilizadas en lugar de acabar en el contenedor de residuos. 

No se trata pues, de renunciar a nada, sino de cambiar hábitos para poder tener lo mismo pero gastando menos dinero.